Sacramentos

Los sacramentos son siete, fueron instituidos por Cristo y responden a los momentos cumbre de la vida de un cristiano:

Bautismo


Sólo puede recibirse una vez (a esto se le llama "imprimir carácter"). Con el Bautismo nos convertimos en miembros de la Iglesia Católica. Además, sirve para limpiarnos del Pecado Original, que es el que hemos heredado de Adán y Eva. Al respecto, hay que precisar lo siguiente:

El Pecado Original es el que cometieron Adán y Eva al desobedecer a Dios. Desde entonces, todos nacemos con él (salvo la Virgen María, que fue concebida sin pecado). El Bautismo nos quita ese pecado.

Algunas personas dicen que está mal bautizar a los niños pequeños, que hay que esperar a que sean adultos y elijan por sí mismos. Ese argumento es erróneo y muestra un desconocimiento del significado del Bautismo. ¿Deberíamos esperar a que un bebé se convierta en adulto para preguntarle si le parece bien que le pongamos la vacuna triple vírica o para darle un medicamento si está enfermo? Evidentemente no. Pues del mismo modo tenemos que actuar con el Bautismo, que es, permíteme la expresión, un medicamento espiritual. Nos libra del mal del pecado original y nos convierte en miembros de la Iglesia. Evidentemente, cuando el niño se convierta en joven o en adulto podrá elegir si quiere seguir en la Iglesia o no. Nadie lo obliga.

En nuestra parroquia se administra el sacramento del bautismo 2º y 4º Domingo de cada mes.

Requisitos

  • Anotarse en secretaría parroquial con 1 mes de anticipación presentando el DNI de la persona a bautizar.
  • Padrino y Madrina deben estar bautizados y si están casados, deben estarlo por Iglesia.
  • Padres y Padrinos deben participar de la charla pre-bautismal el día anterior al bautismo.


Reconciliación


Cuando pecamos contra Dios debemos confesarnos con un sacerdote. Los cristianos protestantes, según qué creencias exactas practiquen, creen que esto no debe ser así, y que uno, por decirlo de alguna manera, no necesita a un cura para ponerse a bien con Dios y que no nos salvamos por los sacramentos, sino por las obras, etc. Habría que decir que lo cortés no quita lo valiente. Esto es, hacer buenas obras es necesario, pero de nada sirve hacer una buena obra si uno ha cometido un pecado mortal contra Dios y no se arrepiente de ello. Además, no hay que olvidar lo que dijo Cristo: "A quienes les perdonéis los pecados, le quedarán perdonados". El sacerdote es un ministro de Cristo, y nos ayuda a convertirnos. Cuando alguien peca contra Dios, se aleja de Él, le traiciona. Confesarse y recibir el sacramento de la penitencia supone arrepentirse sinceramente, convertirse de nuevo y volver a Dios, limpio de todo pecado. Que quede claro que no es el cura quien perdona el pecado, sino Dios. Sólo Él puede perdonar los pecados.


Eucaristía

Es un sacramento obligado. Todos debemos participar de ella en la misa, cada domingo y fiesta religiosa de precepto (o sea, de obligado cumplimiento). Es el sacramento por el cual todos comemos y bebemos del Cuerpo y la Sangre de Cristo, tal y como Él nos enseñó en la última cena al decidnos "tomad y comed, éste es mi cuerpo..." y "tomad y bebed, ésta es mi sangre..." Al tomar el Cuerpo y la Sangre de Cristo, participamos de Él, lo aceptamos en nuestro cuerpo, nos unimos a Él. Por eso, cuando vamos a comulgar en la misa debemos estar limpios de pecado, para recibirlo "en condiciones". Si estamos en pecado mortal, no debemos comulgar hasta confesarnos con un sacerdote, lo que debe hacerse cuanto antes. Si estamos en pecado venial, entonces sí podemos comulgar, y confesar cuando antes, aunque es preferible confesar antes, para ir a comulgar en total Gracia de Dios, o sea, sin ningún pecado pululando por ahí. En el sacramento de la Eucaristía, debido a la Transustanciación (así se llama), el pan y el vino que usa el sacerdote se transforman en Cuerpo y Sangre de Cristo. No se trata de un símbolo, no es que el pan simbolice o represente al Cuerpo de Cristo, es que se transforma verdaderamente en dicho Cuerpo, del mismo modo que el vino se transforma en la Sangre de Cristo.


Confirmación

Significa confirmación en la fe cristiana. Como el bautismo, sólo puede recibirse una vez. No es obligatoria para salvarse, pero ayuda, por lo que es altamente recomendable cumplir con este sacramento. Se suele realizar en la adolescencia, cuando el individuo tiene ya suficiente poder de decisión y conocimiento para decidir, sinceramente, si desea seguir en la senda de la Iglesia o no.


Matrimonio

No hay que confundir matrimonio civil con matrimonio religioso. El religioso no es una simple unión de una pareja, es un sacramento, e implica un vínculo sagrado. Los novios se casan (no les casa el cura, se casan ellos) ante Dios. Por eso se dice "lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre". Por eso no se admite el divorcio. Es una unión sagrada, no civil. Algunos se preguntan ¿qué pintan entonces las nulidades matrimoniales? Pues bien, para que una boda religiosa sea válida, es decir, para que haya ese vínculo sagrado, deben cumplirse ciertos requisitos. Sin ellos, la unión sagrada no se produce (aunque se celebre la boda y haya banquete y todo). No tendría efectos. Así, por ejemplo, si dos personas se casan, pero una de ellas lo hace forzada o sin tener muy clara la cosa, por ejemplo, entonces no hay verdadera unión sagrada, porque se están incumpliendo requisitos esenciales. Por eso, esa boda, ante Dios no es válida. Podrá tener efectos civiles, pero religiosamente hablando, es una boda nula, sin efectos, nunca ha existido. Por ello, cuando se descubre el pastel cabe solicitar la nulidad del matrimonio ante un Tribunal Eclesiástico. El Tribunal examina el caso y si ve que se da una causa de nulidad lo declara nulo. Ojo, no es que se anule el matrimonio, no es que desde ese momento ya no están casados, es que nunca lo han estado. Ante los hombres lo habrán estado, pero ante la Iglesia y ante Dios no se produjo la unión sagrada de una pareja, así pues nunca hubo matrimonio y el Tribunal se limita a reconocer esa situación.

Por cierto, no resisto la tentación: existe el mito de que obtener la nulidad es caro y que sólo se da a los famosos. No es cierto. Se otorgan muchas nulidades cada año (la inmensa mayoría a gente corriente que no va por ahí publicando su nulidad) y el coste del proceso es inferior al de un divorcio, sin olvidar de que existe el beneficio de justicia gratuita, esto es, que si no tienes dinero para pagar el proceso, no se te cobra.

También hay gente que se pregunta por qué no se admite el matrimonio de homosexuales. Pues bien, ello arranca, entre otras cosas, de las Escrituras, que dicen que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro.

Para terminar, indicar que sólo las relaciones sexuales realizadas dentro del matrimonio son admitidas por la Iglesia. Las relaciones extramatrimoniales son consideradas pecaminosas. Da igual que sea entre una pareja heterosexual u homosexual, o que en vez de pareja sea un trío o cualquier otra combinación que pueda pensarse. Sólo se admite la relación sexual dentro del matrimonio. Ello se debe a que se considera el sexo como una manifestación del amor de la pareja que ya ha sido unida a los ojos de Dios.


Unción de los Enfermos

Dice el Catecismo: "Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios".

Este sacramento no se da sólo en caso de peligro inmediato de muerte, sino cuando se da cierto riesgo, esto es, al contraer una enfermedad grave, al llegar a la vejez, antes de una operación importante, etc. Es un sacramento que puede recibirse varias veces.

Es deseable, cuando sea posible, que vaya precedido este sacramento de la Penitencia y seguido de la Eucaristía.

La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos:

  • la unión del enfermo a la Pasión de Cristo, para su bien y el de toda la Iglesia;
  • el consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez;
  • el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la penitencia;
  • el restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espiritual;
  • la preparación para el paso a la vida eterna.


Parroquia Inmaculado Corazón de María
Juan XXIII Nº 1250 - Monte Grande - Buenos Aires - Argentina